María Eugenia Campo Silva, poeta colombiana
cuya trayectoria vital se ha nutrido de intensas vivencias en ciudades como
Bogotá, Villavicencio, Barrancabermeja y Lawrenceville, G.A., USA, como docente
infantil, pero sobre todo como mujer y madre de cuatro hijos, y como poeta y
activista cultural, entrega al juicio de los lectores su primer libro de
poemas, una hermosa selección a la que ha puesto por título Para reinventar los sueños.
Llaman la atención, a primera vista, la
transparencia formal, la sencillez reflexiva y la vocación de orfebre de las
letras que posee María Eugenia para la elaboración de cada uno de sus poemas,
verso a verso y silencio a silencio, lo que hace que germine esa prodigiosa
música secreta que define la verdadera poesía.
En Para reinventar
los sueños la autora se enfrenta a los enigmas, indagaciones y
fosforescencias del misterio de vivir. En cada verso se eterniza el presente
que se diluye para volver a convertirse en tiempo poético, en gota de agua que
transforma la vida en gota de tinta, en conciencia plena del instante, de la gota de melancolía que llora la tarde
muerta de luz, pero también en la añoranza del amor naufragando
/ en el mar moreno de tus brazos...
En este libro inicial de María Eugenia
Campo celebramos vivamente su prodigiosa capacidad de condensación, virtud que
la hermana no solo con los cultivadores del haikú japonés sino con los poetas
que se iluminan de infinito y los que logran
contemplar la vida en la metáfora de un ser atravesado por un rayo de sol en
donde enseguida anochece.
Además, María Eugenia despliega sobre cada
uno de sus poemas una verdadera delicia estética, una rica geografía espiritual
y una secreta verbalidad rítmica, luces que revisten de hechizos y asombros las
dimensiones infinitas de sus versos.
José
Luis Díaz-Granados
Bogotá, 12 de
enero de 2014
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