“El talento que se percibe en
este libro, si bien está orientado por tres maneras muy diversas de ver y
abordar el mundo desde la literatura, tiene una conexión directa con un tema
fundamental en el arte: la indagación, la exploración, el recorrido por los
vericuetos insospechados de la condición humana; su conducta, sus pasiones,
angustias, desafueros, verdades, goces, placeres, frustraciones, picos de
felicidad y valles de tristeza. En fin, plumas que ahondan entre los laberintos
de la vida, producto –unos– de sus vivencias, –otros– de sus sueños, de los
encuentros casuales o cotidianos con el otro, a través de este largo y tortuoso
camino que llamamos mundo.
Enrique Torres nos sorprende con
un trabajo de largo aliento, producto de un buen trecho recorrido en este
oficio de escribir que –independiente de sus avatares en una profesión que nada
tiene que ver con la literatura– ha sostenido con mucha disciplina y harta
dosis de pasión.
Roberto Sanabria es un ejemplo
claro de que la disciplina y la terquedad son fundamentales en este oficio.
Hace tan solo unos años nos hubiésemos apostado por su talente literario, pero
hoy nos demuestra que su dedicación ha dado resultados. Eduardo Espinel siembre
ha sido un caso aparte. En todo. Un empresario atípico. Y, por supuesto, un
escritor atípico. De esos hombres que nacieron con vocación, que al decir del
maestro Antonio Muñoz Molina, se resume en la bien simpática teoría de: “La
clave para logar el éxito, es comenzar desde arriba”. Porque Eduardo parece
nacido para mandar.
Y decimos que es un empresario atípico, porque su fama de
hombre duro, parco, pragmático y cortante, se rompe de repente, cuando de sus
manos afloran unos veros.
Y un escritor atípico, que le
importa un carajo la ortografía, que le da pereza pulir un verso, pero que
cuando se dedica a la tara, como esta de editar su libros, la saca adelante. (Y
–al final- con buena letra).
Esta primera salida como narrador
le costó más trabajo de lo imaginado, por la implacable dictadura de un
monstruo de dos cabeza: la brevedad y el erotismo. Pero el final sale airoso en
su intento.”
0 comentarios:
Dí lo que piensas...